Las Alfombras Rojas de los premios son un espectáculo de glamour y lujo, y de eso no cabe duda alguna. Los mejores diseñadores de moda y joyas se combinan con excelentes maquilladores y peluqueros que hacen que esta experiencia vaya más allá de la entrega de premios y pase a ser un verdadero deleite para la vista.
Pero, ¿sabías que las celebridades hacen un verdadero negocio al usar vestidos en las Alfombra Roja? Más allá de la emoción que debe ser sentirse una verdadera diosa con los mejores vestidos y un séquito de personas atendiéndote; puedes ganar dinero por lucir hermosa.
¿Cómo funciona?
La estilista Jessica Pastor, que trabajó con Emily Blunt durante muchos años, reveló que se podría llegar a ganar entre 30 y 50 mil dólares por conseguir un acuerdo entre una firma de moda y una celebridad; mientras que la famosa en sí podría ganar en ese acuerdo entre 100 y 250 mil dólares.
Son los estilistas los que se ponen en contacto con las marcas, ya que son los que mejor conocen los punto fuertes y las inseguridades de la celebridad, por lo que acuerdan en base a eso el vestido a usar -y luego, son los que están pendientes de cómo arreglar cualquier desperfecto el día D-.
¿Qué ganan las marcas con esto?
Claramente, la inversión por parte de cualquier firma de moda o de joyas es grande. Sin embargo, es una estrategia de marketing bastante interesante: si la famosa en cuestión logra brillar en la Alfombra Roja, el vestido recorrerá el mundo entero, y todos estarán hablando de la marca en cuestión.
Si bien no es exactamente lo mismo, otro de los secretos mejores guardados de la Alta Costura es un negocio ligeramente similar: pagar a personalidades para que se sienten en la front-row de las pasarelas y Fashion Week.
¿A quienes buscan para hacer estos negocios? A la it-girl del momento, que dependiendo del target de cada firma de moda, podrá ser Cate Blanchett o Kendall Jenner. La búsqueda en espectáculos tan importantes como los Oscar depende de las actrices nominadas y las mujeres que de por sí tienen gran relevancia. En ocasiones, incluso se pide que nadie más utilice un vestido de la firma para que la apuesta segura sepa deslumbrar.
¿Lo peor de esto? Aquellas que no están “a la moda” o que no entran dentro del tallaje omún, tienen un trabajo más duro. De esta forma, los diseñadores menos conocidos o que están comenzando en la industria son los elegidos, aunque muchas veces en estos casos no se hace ningún tipo de negocio.
Por otra parte, algunas celebridades como Blake Lively, Helena Bonham-Carter y Diane Kruger optan por elegir ellas mismas el diseño con ayuda de un asesor y sin recibir ningún tipo de dinero por esto.
Algunas cifras…
Anne Hathaway recibió 750 mil dólares en 2011 por parte de Tiffany & Co. para utilizar sus joyas durante la gala de los Oscar; mientras tanto, 500 mil dólares llegaban a Gwyneth Paltrow para que usara joyas de Louis Vuitton.
En muchos casos, esta relación entre una famosa y una marca de lujo da lugar a campañas, donde se da prestigio a la persona por ser embajadora de dicha marca, al mismo tiempo que la marca en sí obtiene una buena publicidad.
¿Conocías el negocio de la moda en las Alfombras Rojas? Sin duda alguna, es una de las formas por las que la Alta Costura es viable económicamente hoy en día, una estrategia de marketing que parece funcionar cada vez mejor.